A PENAS NI SOSPECHAN
Por Radelys Rodríguez Soto
Los ojos achinados por las ansia
la boca en actitud de beso
Músculos contraídos
y desaforados miedos
convocando al señor de los infiernos
Olvidados del mundo
olvidados del riesgo
con la caricia convocándonos
Sumergidos en sí
y en el otro
Formando parte inevitable de una realidad
que nos levanta
Pareciendo ante el mundo dos locos más
dos lunáticos que a pleno día
se dan el cuerpo
el alma
todo lo necesario
Voy pensando en tu nombre
cobijada en la útima caricia
apretada a tu pecho por las calles
Nadie me ve
a penas ni sospechan
Voy entreabriendo compuertas al futuro
soñando con el brillo sin igual de tus pupilas
Mientrás se oye a Enrrique Iglesias
a las 7:10 de una mañana sin testigos
donde escribo éste brevísimo poema
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